viernes, 21 de agosto de 2009

EL CONSUMO


La oscuridad hoy llega tan lenta y el sol se abate tan moribundo.
Las gentes se devuelven cansadas y sin mirarme, pasan pensativas.

Los faroles han empiezado a difuminar los fantasmas de los tiempos;
el frío se carga sobre las espaldas envueltas de edades.

Hoy, está muriendo el día y mi consciencia me está reclamando su existencia.


Miro hacia atrás, y en el camino se ha quedado para siempre el retorno;
cada semblante es alguien que no recordaré nunca mas;
entonces, ¿por qué pienso en ésto; qué me podría importar pensar en lo que está fuera de mi? ¿Por qué mis pensamientos me sofocan hoy, por qué no expiran como el moribundo sol?

Asciendo la mirada y está una vereda, humilde y fiel a mis latidos, mis pensamientos y mi caminar; su color es duro, su calor es frío, ¡cómo se llega a querer a alguien así!

Los faroles ya muestran sus difuminadas historias, sombras que siempre duermen con la luz, que se han empeñado a sus fantasmas.


La oscuridad está sobre mis pasos, que siguen persiguiendo ésta vida, una mas que los viejos faroles van aprendiendo a contar.

Solo, frente a mi camino, se va mi vida consumiéndose en existir.



Autor: socrates1810

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