lunes, 19 de septiembre de 2011

DUDA

Puedo dudar del color del mar,

porque cambia al llegar el invierno.

Puedo dudar del brillo del sol,

porque se mitiga en la noche.

Puedo dudar de cielo azul,

porque es gris en el otoño.

Puedo proclamar mi camino,

pero aún dudar de su destino.

Puedo escoger lo que escribiré,

y dudar si logrará cautivarte.

Tengo que guardarme tantas dudas;

pero de la bondad de tus ojos

de esa no tengo que dudar.

Dedicado a mi bella Noryta.

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