

Una mujer admiraba una flor y pensaba;
"Que suaves son estos pétalos".
La flor que podía saber sus pensamientos,
le murmuraba:
- Tan suaves...como la caricia a un niño.
"¿Hay algo mejor que tu perfume?"
- Mi perfume no se compra con nada,
así como tu virtud.
"Tu color es hermoso"
- Tanto como tu semblante enamorada.
"No llevarás arrugas"
- Porque no obtendré tu sabiduría.
" Siempre serás bella."
- Tanto para estar en tus manos.
" ¿En qué nos parecemos?"
- En que nos hicieron...con el mismo amor.
" Pero a veces sufrimos mucho."
- Porque no sabemos de rencores.
Aquella mujer, se sonrió y comprendió
que:
sus caricias...podrían dar calma y ternura;
su mejor perfume...no lo compraría con dinero;
su rostro se iluminaba...al sentírse enamorada;
cada arruga...era el precio de su sabiduría;
siempre sería hermosa para alguien...y recibiría una flor;
que fue hecha con el mismo amor que a las flores;
que una herida en el alma...
eran aquellos ocultos silencios.
Lentamente cerró los ojos
y su corazón agradecido,
acariciaba aquella flor,
mientras el viento con ternura,
rozaba su cara.
Autor : Jorge (socrates1810)
Imágenes:
1.- http://poncioemiliano.webcindario.com/fotografias6.htm
2.- http://www.fotos.org/galeria/showphoto.php/photo/3117